COLEGIO ADVENTISTA COPIAPÓ


Prevenir Drogas

 

Prevenir el consumo de drogas en la Familia

 

La evidencia de los estudios

Los estudios bianuales de Conace en población escolar desde 2001 han demostrado que:

  • La actitud de los padres ante las drogas es decisiva. Los hijos/as cuyos padres y madres expresan abiertamente su rechazo a las drogas, tienen menos posibilidades de "tentarse" que los de aquellos que no tienen una actitud clara de oposición al consumo.
  • Las drogas en el hogar son un factor de alto riesgo. Cuando hay personas en la casa que las consumen, aumenta la posibilidad de consumo entre los hijos.
  • Adultos involucrados. Los adultos que saben dónde están sus hijos/as, conocen a sus amigos/as, están atentos sobre cómo les va en la escuela y comparten momentos juntos, tienen hijos/as con menor probabilidad de consumir drogas.

Guía paso a paso para abordar el problema de las drogas en la familia

Qué hacer si... Cómo hablar de drogas en familia

 

SOSPECHO que mi hijo está consumiendo drogas

Si piensa que su hijo o hija probablemente está consumiendo drogas o alcohol:

  • Observe su comportamiento, preste atención a sus actividades, demuestre interés y convérsele. Escuche sus opiniones sobre los temas que puedan inquietarle y conózcalo mejor.
  • Infórmese sobre los distintos efectos de las drogas.
  • Hable claramente sobre su sospecha. El esfuerzo que haga ahora en abrir canales de conversación con sus hijos puede hacer una gran diferencia sobre lo que venga.

Es recomendable que busque una instancia tranquila y alejada de lo cotidiano para acercarse a su hijo y conversar acerca de sus ideas, motivaciones, conflictos o intereses.
Si nunca lo ha hecho, quizás necesite aproximarse más de una vez para que el joven entre en confianza.

  • Si su hijo le confiesa que está consumiendo, busque junto a él una solución que evite seguir en esa situación.

Otras señales

  • Posesión de accesorios que tienen que ver con drogas: papelillos, envases de fármacos, pipas y gotas para los ojos.
  • Olor a droga y posesión de ésta.
  • Desaparición de objetos o dinero de la casa.

¿Cómo descubrir si mi hijo está consumiendo drogas?

Si sospecha que su hijo puede estar consumiendo drogas, no se desespere y recuerde que, con comprensión, podrá ayudar de una mejor manera.

Recuerde que muchas de las señales de uso de drogas o alcohol pueden ser conductas normales en el comportamiento de los adolescentes cuando están solos.

Los cambios de humor o del comportamiento son normales durante la adolescencia: es una transición de la niñez a la edad adulta.

Cuestionario de observación de conductas

A continuación le presentamos un cuestionario de observación de conductas que puede ayudarle a descubrir un posible consumo de drogas de su hijo.
Tenga claro que una respuesta afirmativa a alguna de estas preguntas no asegura que su hijo esté consumiendo.
Si tiene más de seis respuestas afirmativas (especialmente las últimas), puede que exista consumo, aunque también es posible que no sea así.
Por eso es clave conversar, para confirmar qué está pasando realmente.

  • ¿Su hijo se muestra retraído, deprimido, cansado y descuidado en su aspecto personal?
  • ¿Se ha vuelto agresivo e irritable con todos?
  • ¿Parece descontento o poco feliz en comparación a como era antes?
  • ¿Prefiere estar fuera de casa y ya no se preocupa tanto por su familia?
  • ¿Ha cambiado a sus antiguos amigos?
  • ¿Transgrede de manera permanente las reglas que se le imponen?
  • ¿Está descuidando sus responsabilidades, ya sea en su hogar o en la escuela?
  • ¿Ha bajado sus notas en comparación con su rendimiento habitual?
  • ¿Ha perdido interés en sus actividades y pasatiempos favoritos?
  • ¿Ha cambiado sus hábitos de comer o vestir?
  • ¿Ha mentido para encubrir pérdidas de dinero u objetos de valor?

Sé que mi hijo está consumiendo drogas

Si detecta consumo, actúe inmediatamente en forma firme, pero comprensiva.
Trate de manejar el problema si está a tiempo. Si sale de su control, pida ayuda.

Si hay problemas asociados al consumo, hay que asumir que éstos existen. Eso significa atreverse a hablar sobre ello, buscar soluciones, poner límites, solicitar ayuda y afrontar la pena, la frustración y la rabia.

Cuando tenga evidencias claras:

  • Converse con su hijo al respecto de manera seria, clara y honesta.
  • Sostenga una postura firme y clara de oposición al consumo y transmítale el mensaje de que experimentar con drogas no le hace bien, ya que conlleva graves riesgos para la vida y el organismo.
  • Intente comprender lo que le ocurre a su hijo y por qué entró al mundo de las drogas, sin tomar una actitud persecutoria, culposa o irónica. Pregúntele por lo que está viviendo, por sus amigos y dele espacio para que se desahogue.
  • Infórmese fidedignamente y explíquele los efectos que tienen las drogas a largo plazo.
  • En caso de tener un pariente con problemas de drogadicción, indíquele a su hijo que debe cuidarse el doble, porque se trata de un factor de riesgo que también puede afectarle.
  • Ofrézcale su ayuda en lo que necesite para dejar el consumo. Al tiempo, estimule su capacidad de decisión, de resistencia ante la presión social y de selección para escoger sus amistades y panoramas.
  • Preocúpese de lo que hace y a dónde va. Permita que lleve a sus amigos a la casa y comparta sus actividades.

Si el problema continúa o cree que es demasiado grande como para enfrentarlo solo, vaya a un centro especializado, busque ayuda profesional o llame a Fonodrogas de Conace 188 800 100 800 desde red fija y 800 22 18 18 desde teléfonos móviles, disponible las 24 horas del día.

¿Qué hacer si mi hijo llega ebrio a casa?

  • Primero, atiéndalo y cuídelo hasta que se recupere.
  • Se trata de un problema serio, por lo que es una buena ocasión para hablar con su hijo sobre este tema.
  • Comunique su desaprobación ante esta conducta. Puede explicarle que cuando se es adolescente, el consumo de alcohol tiene más riesgos porque, por un lado, su cuerpo es más vulnerable a los efectos y, por otro, mientras más temprano se inicia el consumo, mayores son las probabilidades de desarrollar una dependencia a largo plazo.
  • Sea comprensivo y escuche sus razones. Pregúntele qué es lo que está viviendo en lo personal y en relación a sus amistades. Deje que explique sus problemas.
  • Si hay algún familiar con problemas del alcohol, adviértale a su hijo que tenga más cuidado, ya que se trata de un factor de riesgo, que aumenta la probabilidad de que él también sea dependiente.
  • En caso de que ocurra reiteradamente, aborde el tema para detener el consumo. Establezca límites claros; preocúpese de sus actividades y preste atención a sus vivencias.

Si el problema persiste, acuda al consultorio más cercano o pida orientación al Fonodrogas de Conace 188 800 100 800 desde red fija y 800 22 18 18 desde teléfonos móviles, un servicio gratuito, anónimo y confidencial.

Cómo hablar de drogas en familia

Es fundamental enseñar a nuestros hijos desde pequeños la importancia de cuidarse a sí mismos (autocuidado) y hablarles a tiempo sobre las drogas, para que comprendan que son dañinas para la salud. Se debe prescindir de su uso para tener una vida sana en todas las etapas de la vida.

Mientras antes se aborde el tema, estarán mejor preparados para tomar decisiones acertadas y evitar su consumo. La información que le entregue debe ser acorde a su etapa de desarrollo.

Situaciones que favorecen la conversación

  • Tener normas y límites claros, pero flexibles.
  • Procurar tener buena comunicación y confianza entre los miembros de la familia.
  • Fomentar el sentido del humor. En general, ser alegres.
  • Ser respetuosos, no gritar, ni recurrir a la violencia.
  • Afrontar los problemas.
  • Conversar abiertamente sobre las cosas que pasan en el barrio, la escuela o el trabajo.
  • No consumir drogas en la casa.
  • Saber los efectos de las drogas y conversar sobre ello.
  • Tener una clara actitud de rechazo hacia el consumo.
  • Manifestar interés por las cosas que suceden a los miembros de la familia.
  • Involucrarse en las vida de los hijos.
  • Comer y realizar actividades en conjunto (ver y comentar películas, realizar paseos, hacer deporte, entre otras).
  • Los amigos son bienvenidos en la casa.

Consejos para hablar de drogas con los hijos según su edad

De tres a seis años de edad (preescolar)

A esta edad, las actitudes y hábitos que los niños aprenden tienen gran influencia en las decisiones que tomarán cuando sean más grandes. Sus padres y madres son las personas más importantes para ellos, por lo que sus opiniones acerca de lo que “está bien” o “está mal” tiene un gran impacto, siempre y cuando se acompañe con el ejemplo.
Esta es una buena etapa para poner en práctica la habilidad de tomar decisiones y solucionar pequeños problemas, lo cual los ayudará a aprender a expresar su opinión y decir no cuando se vean enfrentados a situaciones de riesgo.

¿De qué forma podemos apoyarlos?

  • Demuéstreles con cariño que como padres siempre estarán cerca de ellos, que los aceptan tal cual son y que los quieren mucho. Háganselo saber física y verbalmente, a través de abrazos, elogios, felicitaciones. La demostración de afecto es el refuerzo más importante para que ellos aprendan.
  • Hágase el tiempo de jugar, conversar y compartir con ellos. Esto les ayudará a crear una relación fuerte de cariño y confianza.
  • Si el niño se siente frustrado, ayúdele a resolver el problema, felicitándolo cuando haga algo bien. Anímelo a preguntar cuando no sepa algo. Destaque el esfuerzo y no sólo los logros, todo esto le ayudará a fortalecer y desarrollar su confianza.
  • Desarrolle en ellos la capacidad de elegir y tomar sus propias decisiones, de acuerdo a su edad. Escoger su propia ropa, sus actividades, sus compañeros de juego le ayudarán a fortalecer su autoestima, autonomía y seguridad.
  • Explíqueles que hay cosas que ayudan a su salud y le hacen ser más fuertes y sanos, incluso si no son de su agrado, tales como “alimentos sanos” versus “comida chatarra”.

Ayúdelos a diferenciar y aprender que existen sustancias u objetos que "le hacen bien", y otros que "le hacen mal", como los detergentes, las colillas de cigarro, los jarabes. Por lo tanto, no deben tomar o probar nada sin el permiso o la supervisión de un adulto.

  • Incentívelos a desarrollar ciertos hábitos y rutinas diarias tales como horarios de comidas, siesta, entretención. Esto les da seguridad.

De siete a 10 años de edad (escolar)

A esta edad, los niños demuestran gran interés por el mundo que está fuera de su familia y de su casa, principalmente la escuela y amigos.

Pueden mantener conversaciones más complejas, interesándose en aprender, preguntar y plantear sus opiniones.

Están más conscientes del peligro y del concepto de la muerte. Pueden sentirse fascinados por saber cómo funciona el cuerpo y cómo las drogas afectan al cerebro y otros órganos.

Éste es un momento propicio para hablar sobre los efectos del consumo de drogas.

Qué y cómo explicarles

  • Que el tabaco, el alcohol, la marihuana y otras drogas afectan la salud y tienen consecuencias graves. Es bueno comentarles, por ejemplo, cómo las drogas afectan y dañan nuestro cuerpo, que pueden generar adicción, es decir, convertirse en un hábito muy difícil de abandonar y, en algunos casos, nos pueden hacer enfermar e incluso llevarnos a la muerte.
  • Decirles que los medicamentos que receta un doctor y son administrados por un adulto, pueden ayudar en caso de enfermedad, pero resultan dañinos si son mal utilizados. Por lo tanto, NO deben manipular o probar sustancias desconocidas. Y es recomendable no tomar medicamentos delante de ellos.
  • Explicarles que los adultos pueden beber alcohol de manera moderada, pero que no conveniente que los niños lo consuman ni siquiera en dosis pequeñas y que el abuso en su consumo trae consecuencias para la salud.
  • En muchos colegios de Chile, existen programas de prevención de drogas que CONACE entrega gratuitamente, por lo que es posible que estén participando en ellos. Si no es así, pueden consultar en el establecimiento para acceder a ellos.

Éstos contemplan actividades con los padres y apoderados, y constituyen una buena oportunidad para participar y conversar con sus hijos sobre estos temas.

  • La opinión de los padres sigue teniendo gran importancia para ellos, por lo que es fundamental seguir fomentando una relación cercana.

De 11 a 14 años de edad (preadolescente)

Esta edad es fundamentalmente crítica y relevante en el tema de la prevención, dado que entre los 13 y 14 años es la edad en que, según los estudios, se registra el inicio en el consumo experimental de las drogas.

Es una etapa en la que comienzan a distanciarse de la familia, necesitan sentirse
“distintos” para descubrir realmente sus intereses, quiénes son y “probarse” a sí mismos y vivir situaciones nuevas. El grupo de amigos pasa a tener gran importancia.

Sin embargo, la opinión y el modelo de los padres sigue teniendo un gran impacto en sus actos y decisiones. Es una edad propicia para hablar directamente con ellos acerca de las drogas y sus consecuencias.

En esta etapa, tienden a identificarse y buscar modelos en los jóvenes mayores. Esto a veces puede resultar riesgoso, dado que pueden ser influenciados, inicialmente, para probar alguna droga como el tabaco, alcohol, marihuana. Los padres deben preparar a sus hijos para enfrentar estas situaciones, para que sepan que estas sustancias son perjudiciales y adictivas. Solo así podrán estar preparados para resistir la influencia del grupo con decisión y firmeza.

Es necesario que los padres puedan ir adaptándose a sus cambios, estableciendo límites y normas claros, pero favoreciendo, al mismo tiempo, la autonomía e independencia, entregando apoyo y orientación.

En esta etapa es necesario aclararles ciertos conceptos para que tengan conocimientos más precisos:

  • Efectos inmediatos de la marihuana y otras drogas en su cuerpo, mente y conducta, y cómo puede afectar el rendimiento en la escuela, en el deporte, en su vida toda.
  • Consecuencias a futuro que tiene el consumo de drogas, porque crean adicción y pueden llegar a transformarse en una adicción o drogodependencia, que les puede afectar sus vidas, hacerles perder el control e, incluso, ocasionarles la muerte.
  • Problemas que provoca a los familiares y a su barrio o comunidad, tales como la violencia, la incomunicación, rupturas familiares, accidentes automovilísticos, robo y delincuencia.
  • Mitos e ideas equivocadas sobre el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas. Por ejemplo, “los niños que fuman son más choros” o “se pasa mejor con ‘copete’”.
  • Drogas de inicio: explicarles que la marihuana es, generalmente, una de esas drogas, y aún cuando se pruebe por curiosidad o por experimentar, está muy asociada al consumo de otras drogas de mayor riesgo en el mediano plazo. Señalarles los efectos negativos de su consumo.

De 14 a 19 años (adolescente)

La adolescencia comprende un rango de edad que varía de persona en persona y de cultura en cultura, pero tradicionalmente su inicio se sitúa alrededor de los 13 y 14 años y su término en los 18 a 19 años o incluso más, dependiendo del tipo de  sociedad en que se vive.

Se estima que se deja de ser adolescente cuando se logra la independencia personal y la madurez sexual.

Cada joven es distinto y vivencia esta etapa en forma particular y con diferencias en los ritmos de maduración y en la intensidad con que se abordan los grandes desafíos. Asimismo, difieren los contextos en que el adolescente crece y se desarrolla.

Durante esta etapa, los cambios físicos y psicológicos se intensifican y el grupo de amigos pasa a ser lo más importante, porque satisface la necesidad de los adolescentes de sentirse comprendidos.

La adolescencia es un período muy importante. Se experimentan sentimientos muy profundos en relación con los amigos, la familia, se toman decisiones que comprometen el futuro, muchos experimentan el primer amor y también sienten inseguridades, dificultades, búsquedas, etcétera. Es fundamental en el desarrollo de las personas, ya que significa dejar atrás la niñez y lograr la adultez.

El consumo de drogas es especialmente riesgoso en esta etapa, ya que puede significar el inicio de una actitud de evasión frente a las tareas y conflictos que existen en la realidad y aumenta las probabilidades de consumir y abusar de las drogas en el futuro.

Aun cuando en la adolescencia los jóvenes requieren grados crecientes de autonomía y demostración de confianza en su capacidad para tomar sus propias decisiones, paralelamente necesitan apoyo, cercanía afectiva, supervisión y control.

Cómo abordarlo

  • Reiterarles que cualquier persona puede convertirse en un potencial consumidor crónico o adicto. Que incluso el consumo no abusivo (ocasional) puede tener consecuencias graves y permanentes, como por ejemplo riesgos de accidentes, pocas ganas de hacer cosas o hacer otras que “no harías en tu sano juicio”.
  • Estimularlos a que participen en actividades sociales, recreativas, culturales o deportivas que signifiquen un estilo de vida saludable, solidarias o de aporte a la comunidad. Esto reforzará su autoimagen -muy importante en esta etapa- y la opción de tomar buenas decisiones que los benefician tanto a ellos como a quienes lo rodean: sus hermanos, padres, amigos, escuela, comunidad y sociedad en general.
  • Entender que en esta etapa tienden a experimentar vivencias nuevas. Si su hijo le comenta que ha probado marihuana, es importante mantener una postura de clara oposición al consumo, pero con una actitud abierta al diálogo y comprensión. Si existe una relación de confianza y comunicación mutua, se sentirán alentados a confidenciar sus vivencias sin sentirse amenazados.

Cómo participar activamente en prevención familiar de drogas

Si quiere participar como monitor voluntario o gestionar una capacitación a un grupo de familias, escríbanos

FUENTE: Programa de Conace para prevenir las drogas en familia